Retrasos y sobrecostes quieren pasar al olvido en la construcción 4.0

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Retrasos y sobrecostes quieren pasar al olvido en la construcción 4.0

Las herramientas BIM, los gemelos digitales y la edificación industrializada conforman la nueva era del sector, que en España apenas empieza a dibujarse

Durante un tiempo fueron una especie invasora. Y, casi de un día para otro, pasaron a la lista de animales en riesgo de extinción por culpa de la explosión de una burbuja. Solo alguna tímida grúa surcó los cielos de las grandes ciudades españolas entre 2010 y 2017... hasta que, casi sin avisar, reaparecieron. La construcción de vivienda nueva reflota en nuestro país tras un periodo de ausencia en el que la tecnología no ha dejado de avanzar y ha entrado en nuestras casas y puestos de trabajo con más fuerza y velocidad que nunca. La duda lógica es, ¿estarán los edificios que nos recogen (y todos los procesos y profesionales que implican desde la idea en plano hasta su mantenimiento y eventual demolición) preparados para seguir el ritmo del cambio tecnológico? ¿O se han perdido una fase evolutiva que les dejará marcados?

"El nivel de digitalización en la construcción es muy bajo comparado con otras industrias. A nivel global no creo que estemos muy por detrás de otros países, pero la industria de la construcción en sí ocupa los últimos puestos solo seguida por sectores como la pesca o la agricultura", explica Roberto Molinos, director del Programa Avanzado Builtech de IE University. El hecho de que sea tan amplio, tan atomizado, es una de las principales razones por las que no se puede hablar de la transformación digital en su conjunto. "La construcción abarca desde el fontanero que viene a arreglar una fuga de agua en casa hasta el promotor inmobiliario", aclara, y no todos pueden avanzar a la vez. Y si a eso se le añade un sector con una marcada competencia en base a costes, tenemos la tormenta perfecta. 

"Las nuevas tecnologías están tímidas, aunque gradualmente, incrementando su aportación al sector", dice más optimista Joaquin Linares, socio de Financial Advisory en Deloitte. El impacto medioambiental (acabar con los edificios enfermos, reducir contaminación, generar espacios más limpios) y la mejora de la seguridad de la productividad y los márgenes son los principales alicientes. La automatización de los elementos que tenemos dentro del hogar es probablemente el área más avanzada, gracias al uso de ventanas, termostatos y luces inteligentes, pero también los sistemas de reconocimiento de voz, huellas y otras posibilidades activadas gracias a la inteligencia artificial. "Aunque la reducción de consumos y su impacto son un hecho, el reto se traslada a una implantación más acelerada al resto de la vivienda más allá del segmento de clase alta", dice el portavoz de Deloitte.

De todos los elementos que componen el sector, la obra es la que se lleva la peor parte. "Sigue siendo un caos. Se va con papel y un lápiz en la oreja, se habla de precisiones de cuatro o cinco centímetros, que son intolerables en la construcción moderna", lamenta Molinos. Y eso es, aseguran los expertos, porque falta una formación técnica potente de los profesionales implicados. "Ha habido una despoblación de los profesionales del sector por culpa de la crisis. La gente que sabía mucho de la obra se ha jubilado y, ahora, no hay gente con experiencia llevando la obra. Ha habido un vacío", lamenta el profesor de IE. Aunque insiste: "Lo que hace mal la construcción no es poner ladrillos, sino comunicar cuántos ladrillos hay que poner". 

"Hay que invertir en estándares abiertos que nos permitan compartir información de una forma organizada", explica Molinos, porque el traspaso de información entre todos los interesados hoy se merece un claro suspenso. Piense en su casa, ¿sabe por qué pared pasan tuberías? ¿Dónde hay cableados críticos? Los problemas vienen después, cuando hay que acometer arreglos, remodelaciones o nuevas obras que dependen de esa información.

El uso de las soluciones BIM pretende ser el gran aliado en la lucha contra estos conflictos. El término BIM proviene de las siglas en inglés del modelado de la información de edificios y es una es una metodología que permite crear simulaciones digitales de diseño, manejando coordinadamente toda la información que conlleva un proyecto de arquitectura y es la siguiente evolución de las herramientas CAD que se popularizaron hace años.

"La mayoría de arquitectos estamos trabajando con herramientas CAD, pero en la implementación del BIM vamos más lentos porque no hay un sistema de código abierto que nos permita trabajar con este tipo de software estandarizado y con unos costes razonables", explica Joan Carles Reviejo, director del curso de innovación tecnológica aplicada a la edificación del Colegio de Arquitectos de Catalunya (COAC). Los costes, una vez más, son el freno. Y la regulación, en un sector que es "por definición conservador", como apunta Reviejo, la impulsora de que, a la fuerza, se apliquen los cambios, como la Directiva 2014/24/UE que obliga a los arquitectos a trabajar sí o sí con los modelos BIM en los casos de licitaciones públicas. 

"Hay una trayectoria de desviaciones bárbaras", señala Reviejo en relación a los presupuestos y los gastos finales en este tipo de construcciones, que son muy difíciles si se usa un sistema como este en el que todo escrito y todo está previsto por adelantado. Pero además apunta que más allá de la planificación y construcción, la gran ventaja de estos sistemas viene después: durante su vida útil e incluso en la fase de deconstrucción. "Si la explotación del edificio se hace a través de estos sistemas que tienen toda su información actualizada todo será más fácil y eficiente. No solo es una herramienta de representación, sino de gestión del conjunto de la información del edificio". No obstante, en el caso de los construidos por promotores privados y especialmente para uso residencial su uso todavía es anecdótico.

"Aunque el punto de partida de esta tecnología es el 3D (el modelo tridimensional), sus posibilidades van más allá”, explica José María G. Romorajo, director técnico de la constructora Aedas Homes. Según explica, se trata en realidad de “un sistema multidimensional y llega al 4D (la gestión del tiempo), el 5D (la gestión de costes), el 6D (la sostenibilidad) y el 7D (la gestión de operaciones)".

Y el uso combinado de gemelos digitales de los edificios y el propio BIM abre la puerta a una nueva era de la gestión de edificios, cada vez más conectados y complejos. "Los gemelos digitales tienen que ser el faro que nos guíe», dice Molinos., para que la gestión de proyectos deje de basarse en "enviar adjuntos en un email". Pero todo eso requiere software, equipos especiales, profesionales que cobran sueldos más elevados... y eso es difícil de conseguir en este sector. "Competimos en un mundo donde un programador cobra más haciendo software para banca que para la construcción, y así es difícil captar el talento", lamenta el profesor experto en BuilTech.

"En un sector tan acostumbrado a los retrasos, a la confrontación, a los excesos presupuestarios a los juegos de ‘pillaje’ con bajadas temerarias de precio que se recuperan al final porque los proyectos están mal definidos para ganar los concursos... todas estas herramientas de análisis de datos e intercambio de información son cruciales", dice Molinos. Y ahí, el blockchain también puede ser un gran aliado. "Es un hype todavía", reconoce Molinos, pero es innegable que podrá ayudar a certificar cada cambio y acción en los proyectos, para que luego no queden dudas sobre los documentos entregados o los pasos acometidos.

Casas industrializadas

Un modelo totalmente opuesto, nos encontramos con la construcción industrializada, una vía de ‘fabricación’ en serie de hogares que permite controlar todo el proceso:  se construyen en una fábrica y luego se ensamblan y se montan en el lugar indicado. Aedas Homes es una de las constructoras que estará abriendo paso en nuestro país a este tipo de construcciones. Para Ángel Fernández, gerente de industrialización en Aedas Homes, las ventajas de este sistema de construcción son cinco. La primera, la reducción en los tiempos de espera, porque la fabricación supone "la mitad de tiempo" que en la construcción tradicional. Asimismo, se mejora la calidad en ejecución gracias "a un trabajo de ingeniería de cadena de montaje que reduce los errores al mínimo". La reducción del impacto ambiental, la profesionalización de los procesos y la mejora de las condiciones de trabajo (con turnos y sin inclemencias climatológicas) son otra de las claves.

No obstante, el responsable de la constructora aclara que no se trata de que la producción industrial vaya a sustituir la construcción tradicional, pero sí "irá ganando terreno e implantándose como una alternativa real. Vamos a asistir a un proceso de industrialización de la obra tradicional en el que elementos concretos como baños o fachadas puedan fabricarse fuera de la obra para después ser integrados en la misma y construir así a la reducción de costes y la mejora de calidad en la ejecución", explica el portavoz de la constructora, que reconoce que el sector "apenas ha evolucionado en décadas para dar respuesta a lo que se demanda: plazos de entrega más cortos y un producto de mayor calidad".

Para el responsable del COAC, los beneficios en términos de calidad y control son evidentes, pero no hay que olvidar que no son el formato más adecuado cuando pensamos en la construcción de edificios singulares o con formas más complejas, por lo que las viviendas unifamiliares son el nicho más atractivo a cubrir por este nuevo concepto de la construcción a su juicio.  Y el profesor de la IE University alerta sobre otro eventual hándicap: la concentración de proveedores. "No creo que en España vaya a ser un formato líder porque ahora no tenemos una necesidad de desarrollo de parque como en otros países, sino de mantenimiento. Pero podemos exportar talento a países de América Latina o a lugares como India", añade Molinos, apuntando una nueva oportunidad de negocio para el sector gracias a la tecnología.

Aplicar las tecnologías más avanzadas

Entre las tecnologías en auge en el sector los expertos destacan la presencia y el potencial de la impresión 3D para fabricar partes o componentes esenciales del proceso constructivo e, incluso, viviendas completas. El uso de drones para el seguimiento de obras y el mantenimiento de los edificios es un fenómeno que empieza a reproducirse.

La utilización de generadores alternativos de energía eléctrica donde se reduce el consumo de diésel y gasóleo en la construcción son otras apuestas por la innovación con el fin de respetar el medio ambiente. La introducción de la realidad virtual para el diseño y la ejecución del proceso constructivo para minimizar desviaciones en tiempos y costes, pero también para facilitar la comercialización y la visualización por parte del comprador final empieza a extenderse. 

Vía: innovadores.larazon.es


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