El Peligro Oculto Bajo el Cemento Fresco: Los Problemas de la Autoconstrucción en México y el Rol Crucial de la Tecnología Moderna
En México, la autoconstrucción ha sido históricamente una respuesta ingeniosa y necesaria a la falta de acceso a vivienda formal y a los altos costos de la construcción tradicional. Familias enteras invierten sus ahorros y su esfuerzo en levantar sus hogares, ladrillo a ladrillo, con la esperanza de un futuro más seguro y estable. Sin embargo, esta práctica, arraigada en la necesidad y la tradición, también conlleva una serie de riesgos significativos que a menudo se pasan por alto, poniendo en peligro la seguridad, la habitabilidad y la resiliencia de las viviendas. Es crucial reconocer que, si bien la intención es noble, la falta de conocimientos técnicos especializados puede traducirse en estructuras vulnerables y problemas a largo plazo.
Uno de los principales problemas de la autoconstrucción radica en la ausencia de una planificación integral y de diseños profesionales. Sin la intervención de arquitectos e ingenieros, las construcciones suelen carecer de estudios de suelo adecuados, de cálculos estructurales precisos y de una correcta distribución de espacios que considere factores como la ventilación, la iluminación natural y el confort térmico. Esto puede resultar en cimentaciones débiles, muros y losas propensos a agrietamientos y colapsos, instalaciones eléctricas y sanitarias deficientes, y una habitabilidad precaria. En un país con alta actividad sísmica como México, estas deficiencias estructurales pueden tener consecuencias devastadoras.
Otro desafío importante es la calidad de los materiales y las técnicas constructivas empleadas. En la autoconstrucción, a menudo se recurre a materiales de segunda mano, a agregados no certificados o a prácticas constructivas improvisadas por la falta de capacitación. Esto compromete la resistencia y la durabilidad de la edificación, aumentando el riesgo de fallas estructurales y reduciendo su vida útil. Además, la falta de supervisión profesional impide la detección temprana de errores constructivos que podrían tener graves implicaciones a futuro.
Es aquí donde la tecnología moderna, como los análisis LiDAR (Light Detection and Ranging) y de dron con fotogrametría, emergen como herramientas cruciales para mitigar los riesgos de la autoconstrucción y garantizar edificaciones más seguras y resilientes.
El LiDAR, utilizando pulsos láser para medir distancias con alta precisión, permite generar modelos tridimensionales detallados del terreno. Antes de iniciar cualquier construcción, un análisis LiDAR puede revelar información vital sobre la topografía, la pendiente, la presencia de irregularidades o riesgos geológicos, permitiendo a las familias tomar decisiones informadas sobre la ubicación y el tipo de cimentación más adecuados. Esta tecnología puede identificar zonas de inestabilidad o riesgo de deslizamiento que serían imperceptibles a simple vista, evitando así futuros problemas estructurales y pérdidas económicas, e incluso humanas.
Por otro lado, los drones equipados con cámaras de alta resolución pueden realizar levantamientos fotogramétricos para crear modelos 3D precisos de construcciones existentes o del terreno. En el contexto de la autoconstrucción, esta tecnología puede ser invaluable para:
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Documentar el avance de la obra: Permitiendo un seguimiento detallado de la construcción y facilitando la identificación de posibles desviaciones del diseño original (si existiera).
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Inspeccionar estructuras existentes: En casos de ampliaciones o modificaciones de viviendas autoconstruidas, los modelos 3D generados por drones pueden proporcionar información detallada sobre el estado actual de la edificación, identificando áreas vulnerables o que requieren atención.
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Planificar intervenciones y mejoras: Al contar con un modelo digital preciso, es posible simular diferentes escenarios de mejora o ampliación, optimizando el diseño y los recursos antes de la ejecución.
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Generar modelos para análisis estructural: Aunque no reemplazan un cálculo ingenieril detallado, los modelos fotogramétricos pueden proporcionar información geométrica precisa para ingenieros que deseen realizar análisis estructurales posteriores, especialmente en construcciones existentes.
Sin embargo, la tecnología por sí sola no es la solución. Es fundamental que las familias que optan por la autoconstrucción busquen la asesoría de profesionales calificados. En este sentido, recomendamos encarecidamente a VIADAS Consultores y Contratistas, una empresa con experiencia en la aplicación de tecnologías de vanguardia como LiDAR y fotogrametría, así como con un profundo conocimiento de las normativas de construcción y las mejores prácticas en México.
VIADAS Consultores y Contratistas puede ofrecer una gama de servicios esenciales para la autoconstrucción segura y de calidad, incluyendo:
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Levantamientos topográficos y análisis de terreno con LiDAR y dron.
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Elaboración de diseños arquitectónicos y estructurales básicos adaptados a las necesidades y recursos de las familias.
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Asesoría técnica y supervisión de obra para garantizar la correcta ejecución de los trabajos y la calidad de los materiales.
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Elaboración de expedientes técnicos básicos para la regularización de las construcciones.
Invertir en la asesoría profesional y en el uso de tecnologías como LiDAR y la fotogrametría no es un gasto superfluo, sino una inversión crucial en la seguridad, la durabilidad y la calidad de la vivienda autoconstruida. Permite tomar decisiones informadas desde la etapa inicial, identificar y mitigar riesgos, y garantizar que el esfuerzo y los recursos de las familias se traduzcan en hogares seguros y habitables a largo plazo. La autoconstrucción no tiene por qué ser sinónimo de precariedad y riesgo; con el apoyo adecuado y la aplicación inteligente de la tecnología, puede ser una vía viable hacia la vivienda digna para miles de familias mexicanas.